Ixiles – Etnografía

Los hablantes del idioma ixil son originarios del altiplano noroccidental del departamento de Quiché, Guatemala. El ixil pertenece a la familia lingüística maya, la cual cuenta con dos variantes.

En Campeche los ixiles viven en Los Laureles, Quetzal Edzná, municipio de Campeche y Maya Tecún II, municipio de Champotón. En Quintana Roo, habitan en Kuchumatán y Maya Balam, localidades de municipio Othón P. Blanco.
En las comunidades ixiles de Campeche, el paisaje se caracteriza por la presencia de un relieve con pequeñas ondulaciones y la formación de valles como el de Edzná. Los tipos de vegetación predominantes son selvas y pastizales inducidos. El clima es cálido subhúmedo con una temperatura media anual de 26º C.

Las altitudes que oscilan son, en Othón P. Blanco, Quintana Roo, de 250 metros sobre el nivel del mar, en Maya Balam, de 40. Los suelos son de roca caliza. El clima es cálido subhúmedo con régimen de lluvias en verano. La vegetación consiste en selvas medianas y altas subperennifolias y medianas subcaducifolia. La fauna comprende ardillas, armadillos, coyotes, iguanas, mapaches, pavos de monte, puercos de monte, tepezcuintles, tigrillos, venados y zorros.

Hacia 1980, en la frontera sur de México con Guatemala se vivió un proceso de migración de población guatemalteca hacia el estado de Chiapas, debido a un contexto de represión militar en aquel país. Algunos integrantes del pueblo ixil se encontraban entre la población migrante. Una vez residiendo en México, los ixiles abandonaron sus rasgos culturales, el vestido y la lengua, como una forma de protección.
Entre 1985 y 1986, en Chiapas, se organizó la reubicación de la población refugiada, la cual fue trasladada e instalada en campamentos de los estados de Campeche y Quintana Roo; al correr del tiempo, se conformaron las actuales localidades, integradas con población perteneciente a diferentes pueblos entre ellos ixil, jakalteko, k’iche, kanjobal y q’eqchí’.
Desde 1984, a través de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y con el soporte financiero del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Agencia de la ONU para Refugiados (Acnur), se han implementado diversos programas para asistir a esta población migrante en aspectos relacionados a la salud, educación, alimentación y vivienda. En 1989, se planteó la posibilidad de la repatriación voluntaria a la población refugiada. En 1996, se iniciaron diversas acciones institucionales de apoyo, entre éstos el Programa de Regularización Migratoria, el Programa de Naturalización y programas de regularización de la tenencia de la tierra, así como la incorporación a los sistemas nacionales de educación y salud a los ocupantes de los nuevos centros de población.

En las comunidades ixiles refugiadas, la familia se mantiene como el eje básico de la organización social y económica.
Las primeras generaciones mantienen lazos familiares con su país de origen a través de parientes que visitan México, o viajes que realizan los ex refugiados a Guatemala. Esta población también se ha visto parcialmente inmersa en el modo de vida de la sociedad mexicana, mientras que sus descendientes han internalizado mayormente, a través de la escuela y los medios de comunicación, la cultura mexicana.
Los ex refugiados viven un proceso de integración social. En algunos casos se han establecido lazos de compadrazgo y uniones matrimoniales entre guatemaltecos y mexicanos, así como relaciones en actividades religiosas particularmente en iglesias cristianas. También se han desarrollado relaciones laborales y comerciales entre la población mexicana y la ex refugiada.

Cada localidad cuenta con un determinado número de grupos, cada uno de los cuales tiene un representante cuya responsabilidad es participar en las reuniones semanales donde se abordan asuntos sobre las actividades políticas, sociales, productivas y culturales de la localidad.

En esta estructura organizacional, se realiza la elección de un representante general seleccionado en una reunión general. El mecanismo de selección es muy particular: el día de la elección, los candidatos son acomodados uno al lado de otro y frente a ellos se les coloca la urna (un sombrero) en la cual cada persona mayor de edad, hombre y mujer, deposita su voto que consiste en un papelito con el nombre del grupo al que pertenece y que previamente le proporciona el representante del grupo. Los pobladores depositan su voto frente al candidato de su preferencia. Al término de la votación de todos los pobladores, los votos son contados y exhibidos para conocimiento del candidato elegido.
También participan en esta forma de elección el alcalde y el agente municipal.

En los poblados que se encuentran asentados los ixiles se profesan diferentes religiones que son la católica y la evangélica, esta última comprende las denominaciones pentecostés, testigos de Jehová, presbiterianos, príncipes de la paz y creyentes. Cada una de estas asociaciones lleva a cabo sus ceremonias de predicación y evangelización. Asimismo, en cada poblado hay representantes de las monjas de la caridad de la orden de “Las Carmelitas”.
En Campeche se rinde culto al Sol, el cual consiste en que cada mañana la familia y principalmente el jefe de ésta, al levantarse, se dirige hacia la puesta del Sol y, en forma ceremoniosa, agradece al “Padre Sol” su aparición puesto que es el guía que utilizarán en su camino a la parcela, así evitarán el riesgo de perderse o de sufrir algún percance en el camino.

Cada familia posee alrededor de una y media hectáreas de tierra para la producción agrícola de autoconsumo, como frijol y maíz, además de que algunos siembran calabaza, cacahuate y jamaica para su venta.
A partir de que llegaron a Campeche, los ixiles han aprendido a reconocer otros elementos, como las nuevas plantas de su entorno, el mismo clima cálido y húmedo en época de lluvia o seco en el mes de mayo, lo que les aporta nuevos conocimientos para obtener alimentos y recursos terapéuticos.
Miembros de este pueblo indígena han podido acceder a una carrera universitaria y se desempeñan profesionalmente.

Se festeja el aniversario de la fundación de los poblados en que están asentados; así como la Semana Santa, Todos los Santos (Día de Muertos), la Navidad y el Año Nuevo.
Para celebrar el aniversario de los poblados, se sigue la estructura organizacional que en ellos prevalece; cada grupo elige a la reina de la fiesta del poblado para ser presentada y propuesta en la reunión semanal. Las jóvenes candidatas realizan su promoción al interior del poblado mediante su paseo por la comunidad, son presentadas ante la comunidad y reciben su voto de frente a cada poblador. Para la adquisición del vestuario, los ajuares, la contratación de los músicos, bebidas, comida y demás elementos para la conmemoración de la fiesta, cada grupo aporta la parte económica en forma proporcional al número de integrantes que comprende el grupo.
En Campeche festejan el Día de la Naturaleza con una ceremonia destinada a agradecer a la Madre Tierra que les ha proveído de alimento. La ceremonia se lleva a cabo en las cercanías de un río donde se reúnen las personas para compartir los productos cosechados, maíz, frijol, frutas y otros vegetales. De tal forma que, espiritualmente, devuelven la esencia de lo que la Madre Tierra les ha dado como producto de su trabajo. La ceremonia se lleva a cabo sin distinción de religión o pueblo indígena.

Creen que muchas enfermedades se adquieren por causas sobrenaturales o que son consecuencia de transgresiones a las normas morales. En caso de enfermedad, preferentemente recurren a un curandero y no a un médico alópata.

Los curanderos tienen un papel destacado en la comunidad: además de ser médicos, desarrollan funciones políticas y religiosas, asimismo, atienden las enfermedades del espíritu, como las emociones fuertes, el enojo, el espanto, la tristeza y la vergüenza, la fiebre y el “mal de ojo”. A las ancianas que atienden los partos se les reconoce como “parteras”. El baño de temazcal se emplea para curar resfriados y calambres, y se les proporciona a las mujeres parturientas.

Se utilizan remedios naturales en comunión con el medio natural en el que viven. En primer lugar, consideran las cualidades y dualidades del mal que los aqueja y con base a éstas, seleccionan el remedio y el tiempo adecuado para aplicarlo. Además, toman en cuenta las etapas de la luna, el día y fecha más propicios para recolectar y aplicar los remedios, que pueden ser de origen vegetal, mineral o animal, así como el lugar donde llevar a cabo la recolección y la curación.