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+Autodenominación y tronco lingüístico

01-icono-autodenominacion_cd El pueblo nahua habla variantes lingüísticas pertenecientes a la familia lingüística yuto-nahua.

+Localización y zona ecológica

02-icono-localizacion_cd Tlaxcala es la entidad más pequeña del país, si apartamos de esta consideración al Distrito Federal. Con una superficie de 4 016 kilómetros cuadrados, es uno de los estados con mayor densidad poblacional, condición que se advierte si lo observamos de noche desde las alturas de La Malinche o Matlalcuéyetl (“La de las faldas azules”), montaña insigne para los tlaxcaltecas y, en especial, para los pueblos de habla náhuatl que se asientan a lo largo de su falda occidental. Localizada entre los llanos de San Juan y el Valle de Puebla, La Malinche forma parte del Sistema Volcánico Transversal. Su cima, que alcanza 4 461 metros de altitud, tiene forma de cresta dentada con varios picos, la cual se cubre de nieve durante el invierno; sus laderas se encuentran surcadas por barrancas profundas que radian su cima, en donde crecen bosques de coníferas y árboles deciduos (en proceso peligrosamente acelerado de extinción, a causa de la mala práctica de los “ocoteros” y los leñadores mecanizados); asimismo, albergan algunas tierras de cultivo. Su falda —o pie de monte— es amplia y tendida, con algunos conos secundarios, como el Cuatlapanga. A este volcán se le ha llamado así en recuerdo de la famosa Malinche, pero su nombre original, Matlalcuéyetl (una de sus traducciones posibles es “Fuente azul”), le fue dado en honor de la diosa madre. Relacionada con Tláloc, el dios principal, corresponde con la deidad que en otros lugares se conoce como Chalchiutlicue, divinidad vinculada a la lluvia y la humedad.

+Historia

03-icono-historia_cdCuando arribaron los teochichimecas de habla náhuatl al territorio tlaxcalteca, pueblos como Contla, Totolac, Ixtacuixtla y Chiautempan eran nahuatlatos, pero convivían con otras lenguas, como el pinome, lengua otomangue que muy probablemente se hablaba en Cacaxtla y sus pueblos tributarios de la Cuenca del Zahuapan y La Malinche. En el siglo XVI, pueblos como Hueyotlipan, Atlangatepec, Tecoac, Texcalac y Xaltocan hablaban otomí. En Ixtacuixtla, Totolac, Atlihuetzía, Chiautempan, Tepeyanco y Nativitas, los otomíes se relacionaban con los hablantes de náhuatl. La lengua náhuatl era entonces la que más se habla en Tlaxcala, pero no la única, tal como ocurría en otras partes del altiplano central. En la actualidad, el pinome es una lengua extinta. Con el sólo ánimode llamar la atención sobre este caso, podemos conjeturar que quizá los cahcaxmesean los últimos descendientes de los pinome que poblaban Contla en el siglo XII y, que tal vez, su variante dialectal sea consecuencia del contacto de la lengua náhuatl con el troncolingüístico otomangue.Hoy la lengua náhuatl se ha remontadoa las faldas de La Malinche, donde existen apenas unos 20 641 hablantes, la mayoría de ellos de más de 35 años de edad. En el censo del año 1779, se reporta todavía un elevado porcentaje de población indígena en Tlaxcala (al menos de 72.4 por ciento), el cual ha menguado desde entonces, hasta quedar como un residuo la población antes señalada.

+Organización social

04-icono-organizacion_cdLos lazos parentales más próximos son el principio para establecer otras alianzas, gracias a la tradición pueblerina que permite hacerse de “parientes rituales” por medio del compadrazgo, estas redes sociales funcionan de manera muy eficaz como medios de supervivencia ante cualquier eventualidad, y también para ampliar las oportunidades de ascenso social. La forma de ser de los nahuas macehualcopa es palpable en ciclos festivos y usos coloquiales, reforzados a toda prueba por las formas de convivencia familiar, las lealtades políticas, el parentesco y el compadrazgo, todas ellas resignificadas en la medida en que la realidad les va planteando distintas formas de supervivencia.

+Autoridades

05-icono-autoridades_cdEs en el sistema de cargos donde los pueblos definen y localizan su identidad, pues de ello depende la plausibilidad de los individuos en la sociedad, así como la definición religiosa de los barrios para asignar los cargos.
El tiaxca “hermano mayor”, ocupa el lugar más alto dentro de esta jerarquía por haber pasado ya por todos los niveles, por lo que recae generalmente en los ancianos. Su palabra es definitiva en las decisiones religiosas del barrio. Los tequihuahques constituyen los cargos más numerosos, puesto que se pueden elegir hasta 15 de ellos. El tupile es ordinariamente el encargado de recolectar el dinero para las fiestas. El dibutado es una especie de secretario y el que, como dicen los informantes, hace el tlilmolli (mole prieto).
La jerarquía de las mayordomías cuenta con la misma composición que los cargos civiles.

+Religión y cosmovisión

06-icono-cosmovision_cdAlgunas creencias que tienen su origen en los tiempos prehispánicos continúan vigentes en la memoria de los pueblos de La Malinche. Una de ellas, y sin duda la principal, tiene que ver con la sacralización del agua. En la tradición oral, las fuentes que nacen en las montañas del centro-sur del estado y que nutren las aguas del río Zahuapan poseen propiedades curativas; por ello, Zahuapan significa “el curador de granos”.
Se dice que en mayo de 1541, la Virgen María se apareció en las proximidades de la ciudad de Tlaxcala a un indígena catequista del convento de San Francisco, llamado Juan Diego. La Virgen le mostró un manantial cuyas aguas curaron a varios pobladores de una epidemia y, para confirmar su milagro, hizo presente su efigie en un ocote en llamas. La presencia de manantiales milagrosos no era nueva en Tlaxcala, a todos se les relacionaba con el panteón sagrado de los pueblos prehispánicos del lugar; de hecho, el mismo convento de San Francisco fue construido sobre un viejo teocalli y un manantial en donde se adoraban, a diversas deidades del agua.
La adoración del Señor del Monte en Papalotla es tan grande que se le ha considerado el segundo santo patrono del pueblo, después de San Francisco de Asís. Sin embargo, no es como San Francisco, pues su adoración e identificación territorial y cultural no se limitan a los habitantes de este pueblo: el Señor del Monte atrae a muchos pueblos fieles a su culto, entre ellos se encuentran La Malinche, Tenancingo, Mazatecochco, Acuamanala, San Miguel Contla, Acxotla del Monte, San Francisco Tetlanohcan y San Pablo del Monte, además de algunas regiones poblanas.
+Actividades productivas

07-icono-productivas_cdLa migración de la comunidad es ante todo un factor importante de supervivencia, que permite a los trabajadores decidir entre la agricultura o los talleres textiles en su pueblo y las fábricas o la servidumbre en las ciudades. Las formas económicas de manutención como la producción de carbón, el tejido de gobelinos, tapetes y sarapes son aún prácticas recurrentes en los barrios más arribeños y próximos al cono volcánico. Los telares domésticos son una actividad importante en los pueblos nahuas de La Malinche. Antes de la llegada de los españoles, estos pueblos cultivaban la grana cochinilla y obtenían, mediante trueque con el sur, el caracol púrpura para el teñido de los textiles de algodón, además de otros tintes de origen vegetal, animal y mineral.

+Fiestas

08-icono-fiestas_cdLas fiestas principales son las patronales en las que hay música y bailes, otras festividades importantes son la de todos los santos o día de muertos y el carnaval.
De igual manera los rituales agrícolas cobran un especial significado estos comienzan el 5 de febrero, en ese sitio, Teoteotziniatzies la fiesta del Señor del Monte, considerado muy milagroso. Ese día, desde las siete de la mañana acude gran número de personas de los pueblos con sus fiscales al santuario de Teoteotziniatzia adornar con flores la cruz y a sahumarla. En las horas que permanecen ahí, reciben peregrinaciones de otros pueblos de La Malinche, incluso de Puebla, mientras bailan y degustan mole, tamales,barbacoa y diversas bebidas. Después el 1 de mayo, en Cuahuixmatlac se celebra el comienzo de la temporada anual de lluvias con la adoración de una representación de la Matlalcueye, es decir, la lluvia o, dicho en otros términos, la Virgen María en su advocación de la Virgen del Rayo. Continua el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, abre el ciclo anual de lluvias para los nahuas de La Malinche, de ahí que simbolice el centro espacial y sagrado de los pueblos en las cruces atriales. La cruz sintetiza al pueblo y su territorio y finaliza con la festividad de Todos los Santos.

+Gastronomía

09-icono-gastronomia_cdUn platillo típico es el llamado mole prieto (tlilmolli). Se llama mole prieto por el color que adquiere del chile chipotle meco, el cual se tuesta casi a punto de carbón, para obtener el color negro; en algunos pueblos, las moleras lo complementan con el maíz azul que, al mezclar ambos, reafirman su coloración.En su elaboración, los hombres hacen primero el trabajo. El tocinero mata el cerdo, limpia y destaza la carne; lava los cazos, cava los hoyos, prepara la leña, enciende y atiza el fogón, cuece la carne y los untos, mueve el mole y corta la carne en pequeñas lonjas cuando ya está fría. Luego, la molera pone el nixcomitl (cocer el maíz con agua y cal), descola, limpia y tuesta los chiles en comales de barro sobre fuego de leña; en seguida, las molenderas los muelen en los metates junto con los untos y la carne. La molera hace el mole y las mujeres de casa, los tamales; preparan las ollas y los cajetes y sirven el mole acompañado de tamales blancos sin sal llamados mensos. Cuando se hace el mole, se cree que si alguno de los presentes se enoja, el mole se sube demasiado al primer hervor; para evitar que esto, la molera coloca en el centro del hoyo y a 30 centímetros de profundidad, uno sobre otro, una botella de tequila, luego un tamal de tenexal (cal ya utilizada en el cocimiento del maíz) y abajo una penca de nopal silvestre con espinas sobre nueve chipotles mecos en forma de cruz. Así, el mole hervirá sin derramarse.

+Vestido tradicional

10-icono-indumentaria_cd
+Actividad artesanal

11-icono-artesania_cdLos telares domésticos son una actividad importante en los pueblos nahuas de La Malinche. San Bernardino Contla cuenta con el mayor número de unidades domésticas consagradas a la confección de gobelinos, tapetes, cobijas y sarapes con telar español; la tradición productiva del lugar ha tocado la cúspide del arte. El funcionamiento de los talleres en San Bernardino descansa en su mayoría sobre una estructura familiar de división del trabajo, en el cual participan los hijos, desde los seis años hasta que se casan, impelidos siempre a montar su propio taller.

+Música o danza

12-icono-musica_cdEl carnaval tiene su origen en la Colonia, como una celebración exclusivamente española que los pueblos de Tlaxcala se apropiaron. Las danzas de carnaval en los pueblos de La Malinche contienen elementos profanos y sagrados. Los primeros le vienen del carácter mismo del carnaval cuyo origen es europeo, al igual que la música y la coreografía; los segundos son una aportación del pensamiento agrícola y las experiencias históricas, que tienen su impronta en el vestuario y, en algunos casos, en sus evoluciones. Los Charros ejecutan la “danza de la culebra”, que trata sobre el mito de una mujer que fue castigada por su conducta, transformándola en serpiente, y a quien, para ahuyentarla, los hombres danzan imitando el golpe de la culebra sobre sus cuerpos. Los danzantes elaboran su propio vestuario, sin importar el costo elevado que ello implica, sólo en determinadas ocasiones se encarga su confección a familiares de viejos danzantes.
En las fiestas patronales se toca música con huehuetl (tambor de origen prehispánico) y chirimía (instrumento de viento parecido a la flauta).

+Medicina tradicional

13-icono-medicina_cdEl tepahtic, tepahtia o curandero, es ya una figura poco conocida, aunque quedan pocos que siguen marginalmente, haciendo curaciones. El tepahtic combate las enfermedades, producto de los maleficios hechos por el tetlahchihuic, como son el “mal de ojo”, el “mal aire” o el “susto”.