Los miembros de la comunidad nahua conciben la Costa-Sierra michoacana como una sola demarcación, dada la cercanía entre ambos nichos ecológicos, lo cual les sirve de contexto para su desarrollo social; por ello, encontramos asentamientos tanto en la sierra como en la costa, pues para los nahuas se forma parte de la misma comunidad social y tienen derecho a escoger terrenos de la costa o de la sierra por igual, ya que son tierras que pertenecen a la “tenencia”. El hábitat de la sierra lo enmarca una zona montañosa de clima cálido subhúmedo, con lluvias en verano y con una temperatura media anual de 26°C. La presencia de neblina es algo característico en esta zona; la fauna y la vegetación son abundantes, mientras que la existencia de ríos y ojos de agua favorece la siembra y facilita la vida cotidiana. En este hábitat la tierra es fértil para el cultivo de maíz, frijol, calabaza, ajonjolí, jamaica y sandía, entre otros productos; asimismo, varias familias cuentan con hortalizas. Por su parte, al hábitat costeño lo enmarca el océano Pacífico. El clima ahí es más caluroso, con temperatura media anual de 29°C; las condiciones de humedad, el tipo de suelo, la latitud y la altitud, junto con otros factores ambientales, han proporcionado una amplia vegetación que constituye una variada fuente de recursos naturales, en la cual destacan los cocoteros (Cocos nucifera) y los árboles frutales, como ciruelo, guayabillo, pitaya, cabezo, anona, vainillo, guamúchil, tamarindo, nanche, higuera, palo de brasil, parota (Enterolobiumcyclocarpum), cuerazo (Cordiaelaegnoides) y canahuantze (Gliricidiasepium). Entre la fauna abundan las iguanas, los armadillos, los zopilotes y las garzas, aunque la variedad de fauna terrestre y marina es muy extensa.